Tras años sintiendo la necesidad de hacer un voluntariado en Marruecos, o un voluntariado en África, llegó el momento con Initiative Association Without Borders, con quien mi experiencia se podría resumir en una sola palabra: agradecimiento. A veces es complicado creer la forma tan distinta de vida que tienen otras personas en el mundo.
Initiative Association es una asociación que nace en Errachidia, concretamente en un pueblo llamado: Tazouka. Abdu, su fundador, en su afán porque los niños de su pueblo pudieran acceder a la educación y contribuir a su felicidad, creó esta asociación sin ánimo de lucro que hoy cuenta con una escuela y organiza campamentos para niños de la zona.
El ir sola me permitió compartir tiempo con cada persona que me cruzaba en mi camino. Me sentí acogida incluso antes de llegar gracias a Abdu, su familia y amigos, desde el principio y hasta el final. Todo el mundo allí está muy agradecido a los voluntarios que vamos y les acogen con mucha ilusión.
He conocido a personas inteligentes, seguras y que se valen por sí mismos. Agradecen toda ayuda que les viene bien, pero uno no va allí a salvar el mundo, a veces ellos te salvan a ti.
Initiative Association tiene actividades y programas durante todo el año, desde viajes de voluntariado a vacaciones solidarias, viaje al desierto, campamentos de verano en Marruecos o viaje al Sahara. Su dedicación es 24/7 los 365 días del año y se adaptan a ti y a tus necesidades. Si quieres ir 3 días ve, si quieres ir 15 días ve, pero no puedes dejar escapar esta ocasión única en la vida.
En mi caso, al no poder asistir al voluntariado de verano y disfrutar de los campamentos que se hacen en Midelt, fui en Junio a realizar un viaje solidario durante 15 días y mi experiencia fue, si cabe, aún mas gratificante.
Vivir con Abdu y su familia no se puede describir con palabras, tienes que vivirlo, porque esas personas te hacen sentir, te hacen sentir que el ser humano puede ser maravilloso tenga más o menos recursos, en sus rostros se veía felicidad. A veces estando sentada cenando con ellos los miraba y veía a mi familia, en sus actos podía ver bondad, respeto y cariño.
Durante el curso escolar, el día a día en la escuela de Tazouka realizábamos diferentes actividades: hacer copias de dibujos que luego colorean y recortan, coordinar a los niños en actividades de ejercicio físico, juegos, clases de español, ayudar a las maestras, etc. En la escuela, los niños tienen su espacio para ser ellos mismos, se acepta la diversidad con los brazos abiertos, buscan que los pequeños sean autónomos e independientes y que encuentren su lugar en el mundo. Esos niños viven rodeados de amor y felicidad y serán capaces de ser lo que quieran ser.
No todo es trabajo de voluntario, allí vives, disfrutas, aprendes y vuelves a ser niño otra vez. Todavía recuerdo la cara de felicidad de los niños cuando llovía y estaban emocionados porque podían hacer barro y moldear figuritas en la tierra. O cómo al terminar Ramadán los vecinos muestran su solidaridad repartiendo entre ellos mismos con los que menos tienen. Recuerdo cocinar con la familia de Abdu, comer en el campo, también el viaje al desierto para disfrutar y vivir nuevas experiencias, conocer a familias nómadas, montar a camello por las dunas. Solamente espero haber podido dejar tan solo una mínima parte de lo que yo recibí.
No solo recomiendo esta experiencia, creo que debería ser obligatorio que todos vivamos esta experiencia, por lo menos, una vez en la vida. Una vez hecho, te aseguro que volverás como estoy deseando volver yo.